Dejemos que nos descubran

¿Por qué nos definimos? La mayoría de nosotros tendemos a hacerlo. Cuando nos preguntas cómo somos siempre tenemos algo que decir. Lo más probable es que esos detalles que nos atrevemos a dar son la lista de puntualizaciones que anteriormente nos han dado las personas que nos rodean.

Creamos nuestra forma de ser en base a cómo nos definen nuestros amigos, nuestras familias, nuestras parejas, e incluso desconocidos. Digamos que si más de una persona coincide en un rasgo de nuestra personalidad, quizá debemos admitir que nos comportamos así en más de una ocasión. Pero no nos damos cuenta del poder que nuestra mente ejerce sobre nosotros. He leído algún libro acerca de la ley de la atracción, está muy de moda últimamente, y conozco a muchas personas que creen en ella de forma incondicional. Por supuesto, también conozco al grupo opuesto que sólo lo considera ficción, pero ¿la realidad no supera a la ficción?. No sé si es fe, no sé si es ciencia, pero no puedo negar que siento curiosidad por comprobar si funciona. Puede parecer extraño, e incluso increíble pero cuanto más nos repiten que somos “algo”, más nos creemos que lo somos.

Para mí es complicado definirme. Tengo una pequeña idea de cómo actuaré en determinadas situaciones basándome en experiencias pasadas, pero nunca podré decir que este cien por cien segura. Cada situación tiene su historia, su contexto y sus consecuencias a medir. Lo difícil viene cuando existen contradicciones entre lo que los demás ven de ti y lo que tú sientes. Por ejemplo, si tus círculos dicen que eres una persona fuerte, pero tú en el fondo no lo crees, ¿qué debes hacer?, ¿decir que eres débil? ¿fingir que eres fuerte?… no es una elección fácil porque sabes que antes o después tus palabras te pueden destruir. Si decides ser sincero no tendrás que esconderte, te derrumbarás y no pasará nada porque esperan que lo hagas, pero estas dejando al descubierto tus puntos débiles, y no se lo pensarán dos veces el hacerte daño. Por otra parte puedes fingir. Asentir cuando los demás te califican como persona fuerte, y no mostrar tus flaquezas. Por supuesto que es complicado, tienes que ser una roca, capaz de sostener el dolor de cara a la sociedad, y lo más importante, creértelo. Duele los primeros días, las primeras semanas e incluso los primeros meses, pero supongo que llegarás a acostumbrarte.

¿Por qué complicar las cosas?, ¿por qué nos gusta equivocarnos?, ¿por qué vamos a tirar piedras sobre nuestro propio tejado diciendo que somos de una forma para luego no poder demostrarlo? Somos incorregibles, nada más lejos de ser perfectos. Cuando comenzamos una relación, ya sea de amistad o de pareja, nos hundimos a nosotros mismos, y aunque no lo creamos, no necesitamos más de dos encuentros para hacerlo. Nadie más tiene la culpa de que salga mal. ¿Qué por qué? Porque creamos expectativas, y lo más importante, damos esperanza a otras personas. A veces superamos esas expectativas, porque lo malo del ser humano es que somos capaces de hacer más daño del que nadie puede imaginar, pero lo positivo es que nadie concibe lo increíblemente buenos que podemos llegar a ser.

A veces es mejor no decir nada y permanecer callados. Por eso, no demos pistas, no dejemos trocitos de pan en el camino, sorprendamos a las personas y si se lo merecen, dejemos que nos descubran